Aceptar y abrazar intensamente lo que somos nos ayuda a ser personas más seguras y felices, y mejora nuestro estado de bienestar y desempeño.
Pixar estrenó este 13 de junio Intensamente 2 (Inside Out 2), una secuela que además de entretenernos, busca ilustrar cómo funciona la mente y la forma en cómo puede controlarnos cuando nos dejamos llevar de forma exagerada por alguna emoción o varias a la vez.
La trama es muy aleccionadora.
En Intensamente 1 los problemas parecían más sencillos. Riley es una niña que encara la vida enfrentando básicamente cinco emociones: Alegría (la protagonista), Tristeza, Furia (Coraje, sería un mejor nombre), Temor y Desagrado, que son representadas por sus respectivos personajes siempre muy divertidos y reveladores de cómo reaccionamos ante la vida.
Podríamos decir que hablan las emociones primarias; sin embargo, la vida se va complicando conforme acumulamos conocimientos y experiencias.
Para la secuela o parte 2, Riley llega a la edad de 13 años y un día despierta bruscamente con todos los signos y síntomas de lo que significa ser adolescente.
La convivencia de las cinco emociones originales se complica con la llegada de otras cuatro que son más complejas y muy características de las experiencias de esa etapa de la vida: Envidia, Vergüenza, Aburrimiento (Tedio, sería más interesante) y Ansiedad, esta última emoción tiene el papel antagónico.
Las nuevas emociones, que se pueden llegar a sentir al mismo tiempo, incluso de manera contradictoria, van a hacer dudar a Riley sobre cómo debe enfrentar las recientes situaciones, sobre cuál es su verdadera identidad y de cómo apreciar sus propios valores.
Algo muy interesante en la producción de Pixar, y en nuestras mentes, es lo que pasa con las ideas o recuerdos de experiencias, negativas o positivas. Las emociones (no olvidemos que son personajes) luchan por ocultarlas o resaltarlas según sus propios criterios, con el objetivo de que Riley controle mejor su vida, sea feliz y alcance sus metas.
Sin embargo, nos llevará a descubrir que ni los recuerdos agradables o desagradables, ni las emociones que consideramos positivas o negativas, son malas o buenas. Son parte de nuestra vida.
Un buen manejo emocional requiere saber escuchar la información que nos proporcionan las emociones para saber actuar acordes a cada circunstancia.
Por ejemplo, nos explica Mario Toledo, uno de los investigadores del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio, la ansiedad provoca miedo, que puede considerarse negativo, pero también nos puede ayudar a reflexionar varias veces sobre alguna situación para tomar una mejor decisión, incluso alejarnos del peligro.
La vergüenza nos ayuda a entender que estás haciendo algo mal o que estás actuando en contra de tus valores, y escucharla te puede servir para evitar realizar un mal acto o corregir algo que ya hiciste.
Resulta un poco difícil hablarte de esta cinta sin “espoilearte” la trama, pero creemos que no te revelamos demasiado con decirte que tiene un final feliz; que es muy importante aceptarnos tal y como somos, con todas nuestras experiencias, positivas o negativas.
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