El miércoles 1 de octubre, el auditorio de Prepa Tecmilenio Las Torres se llenó con más de 200 estudiantes para poner sobre la mesa un tema que concierne a todas las personas. Filas completas, curiosidad en el aire y un asunto que pesa en la vida diaria: cómo vivir internet con cabeza y con corazón. La conferencia “De like a leyes” corrió a cargo de Daniela Santibañez, consultora en ciudadanía digital por Google, Partner de Google for Education, especialista en tecnoadicciones y cultura de paz. Su experiencia impresiona: ha trabajado con más de 30 mil jóvenes y más de 34 mil madres y padres de familia. La sala lo notó. La mayoría siguió cada idea con atención; unos pocos no soltaron el celular, escena que subrayó el asunto central.
Tiempo en línea con propósito: el primer paso del bienestar digital
Santibañez abrió con una pregunta directa: ¿cómo han vivido los últimos meses en internet? Las respuestas, capturadas en tiempo real, dibujaron un mapa inquietante: ciberacoso, sexting, deepfakes e incitación al odio. No fue una lista para asustar, sino para poner orden. “La salud mental empieza por tiempo controlado en internet”, insistió.
Después lanzó un reto a la casa: ¿qué pasaría si el plantel se declara libre de celulares? La votación encendió la conversación: 233 estudiantes dijeron “sería un desastre” y 43 respondieron “sería increíble”. El dato dividió opiniones, pero unió a todas y todos en la misma pregunta: ¿qué hábitos necesitamos para convivir mejor con la tecnología?
La ponente conectó el bienestar emocional con el cuidado del cuerpo. Postura, articulaciones, ojo seco por exposición prolongada a pantallas: señales físicas que piden pausas y rutinas más inteligentes. Habló de higiene digital como se habla de higiene del sueño: horarios claros, notificaciones bajo control, espacios sin pantalla durante comidas y estudio. Recordó un punto que suele pasarse por alto: el 80% de las personas usuarias de internet son mayores de edad. Esto obliga a leer con cautela la interacción entre jóvenes y adultos en línea, así como los riesgos de contacto y consumo en plataformas masivas.
Seguridad y derechos en internet: lo que toda persona debe saber
Hubo un momento clave sobre seguridad. Santibañez pidió desconfiar del wifi gratuito: suele captar datos y expone información personal. “Quien tiene el poder tiene la conectividad”, dijo, para subrayar la relación entre acceso, control de la red y uso de datos. A partir de ahí propuso un marco simple y poderoso para la vida digital: respeta, protege y educa, primero contigo y luego con las personas a tu alrededor. Esa es la base de la ciudadanía digital: entrar a un mundo abierto de forma sana, segura, responsable y creativa, tanto en la escuela como en el trabajo y la familia.
El auditorio tomó nota de dos fechas para anclar compromisos: 29 de octubre, Día del Ciudadano Digital, y 10 de febrero, por un mejor internet. No son efemérides de calendario escolar; funcionan como recordatorio de que la red también se construye con cultura cívica. De ahí surgió otra pregunta que incomoda y, a la vez, orienta: ¿quién revisa nuestra huella digital? La respuesta fue tajante: en internet no existe privacidad plena. Esa huella se evalúa, etiqueta e identifica. Por eso la invitación concreta: decidir qué mensajes deseas que aparezcan cuando alguien te googlea y pactar acuerdos digitales contigo mismo, balance, hábitos sanos y un estándar personal que evite normalizar excesos.
El bloque legal capturó la atención del grupo. Con lenguaje claro, Santibañez explicó el marco que rige los malos usos de internet: sexting no consentido, Ley Olimpia, ciberacoso, incitación al odio, delito de discriminación, violaciones a derechos de autor y divulgación de noticias falsas. Expuso artículos específicos y consecuencias que alcanzan el terreno penal y económico. El mensaje no sonó punitivo, sino preventivo: la ley protege, pero la conciencia protege primero. En casos de abuso y explotación infantil, señaló el sitio teprotejomexico.org como canal de denuncia. La claridad jurídica no dejó dudas: las acciones en línea tienen efectos reales, medibles y, en ocasiones, irreversibles.
Pensamiento crítico y huella digital: decisiones con impacto
Para cerrar, Santibañez volvió al centro: pensamiento crítico en internet. Los riesgos más comunes —contenido inapropiado, conducta de riesgo, contacto con desconocidos y consumismo— piden filtros internos antes que filtros tecnológicos. La mente puede justificar el uso excesivo con el argumento de “así vivimos todas y todos”. El antídoto inicia con rutinas y límites que cada quien respeta por convicción. La tecnología no trae sentido de fábrica; la familia y la comunidad educativa se lo dan. En caso de un problema, nadie camina solo: siempre existe gente que puede apoyar.
El auditorio respondió con preguntas honestas y ejemplos cotidianos. ¿Qué hacer si un grupo comparte imágenes sin permiso? ¿Cómo actuar si una broma escala a humillación pública? ¿Cómo diferenciar libertad de expresión y discurso de odio? La conversación no buscó atajos. Ofreció criterios y herramientas para decidir mejor: cuidar el tiempo de pantalla, pensar antes de enviar o reenviar, identificar intereses detrás de cada contenido, pedir ayuda a tiempo y conocer los límites de la ley.
“De like a leyes” dejó una certeza en Prepa Tecmilenio: la ciudadanía digital se aprende y se practica. Requiere autocuidado, respeto a las demás personas y una mirada informada sobre derechos y responsabilidades. En campus Las Torres, esa tarea ya tiene rumbo, una comunidad que quiere un internet más humano y una certeza para guiarnos hacia ello: la ciudadanía digital se construye todos los días, con criterio y con cuidado.

¿Tienes dudas?
Ingresa a nuestra sala virtual y resuelve tus dudas de admisiones al instante.

Horario de atención
L - V 9:00 AM a 6:30 PM y Sábados 9:00 AM a 1:00 PM
Uno de nuestros asesores te atenderá.
Ingresa tus datos para continuar