Formar una familia es el más grande sueño de muchas personas. Y si bien existen diversos estilos de criar a los hijos y llevar las riendas del hogar, lo que todos los padres y madres del mundo tienen en común es querer buscar el bienestar y la felicidad en el hogar para todos los miembros de la familia.
En este artículo, te compartiremos 5 grandes consejos sobre cómo ser un mejor padre, madre o tutor y ejercer el liderazgo de una familia de la manera más positiva y constructiva posible.
1. La coherencia es lo más importante
La habilidad más importante que cualquier papá o mamá necesita para llevar las riendas de un hogar o de una familia es el liderazgo, y la mejor forma de ejercer el liderazgo es con el ejemplo. Por tanto, la piedra angular para ser un mejor padre o madre es pensar siempre en ser coherente entre las palabras que se predican y las acciones que se realizan.
La coherencia está emparentada con la honestidad y siempre tienen que ir de la mano. Un líder de familia no le puede pedir a su pareja o a sus hijos actuar siempre de manera íntegra y honesta si dicho líder no actúa así en sus actividades cotidianas.
Actuar siempre con coherencia y hacer las cosas bien hace que los padres y madres sean mucho más que figuras de autoridad, y se conviertan en ejemplos de inspiración.
2. La forma en que se corrige hace la diferencia
Hay muchas cosas inevitables en la vida, y una de ellas es que los niños cometen travesuras. Existen muchas razones por las cuales lo hacen, curiosidad, exploración o simple aburrimiento.
Cuando esto suceda, un buen padre o madre tiene que ejercer su autoridad y corregir el comportamiento; y en ese sentido, existen diversas formas de hacerlo. Solo por dar un ejemplo, si un niño o niña está rayando la pared, es muy diferente arreglarlo con gritos e intimidación que corregir esas acciones con una conversación razonable explicando las consecuencias de sus actos y las razones que se tienen para evitar este comportamiento en un futuro.
Asimismo, la violencia no es una acción que ayude a la construcción de una mejor comunicación con los hijos.
3. Nunca subestimes a tus hijos
Subestimar a un niño es de los grandes errores que un líder de familia puede cometer. Ellos entienden y escuchan mejor de lo que normalmente se les da crédito.
Esto puede causar que en ocasiones los adultos tiendan a reemplazar conversaciones por regaños o acciones correctivas, como si buscaran un atajo para llegar al resultado que pudieran lograr con una conversación.
Si damos un ejemplo, si un niño está gritando mucho y la mamá necesita silencio para descansar o concentrarse en otra labor; tiene la opción de mandarlo a su cuarto y castigarlo al momento de hacer ruido o de conversar con él sobre el valor del silencio y sobre el porqué es importante conservarlo en ese momento.
El resultado en ambos casos será el mismo: silencio. Sin embargo, al no subestimar al niño y hacerle entender esta idea mediante una conversación, es más probable que el niño aprenda mucho más sobre la situación y se logre un vínculo afectivo más fuerte.
4. La responsabilidad se aprende haciendo, no diciendo
Una tarea importante para los padres es enseñarles a los hijos el valor de la responsabilidad, una gran manera de lograr esto es mediante la asignación de roles.
La estrategia de dividir las tareas del hogar entre todos los miembros de la familia y asegurarse que todos pongan de su parte para que se cumplan enseña mucho sobre la responsabilidad y los efectos de ejercerla.
Por dar un ejemplo, si se asigna un día a la semana para limpiar la casa y cada persona en el hogar tiene una actividad específica que realiza bien, el resultado va a ser una casa limpia y bonita que todos puedan disfrutar; y si se quiere reforzar de manera positiva este comportamiento, se puede premiar el alcanzar el objetivo de la casa limpia con una tarde de juegos de mesa o de ver películas todos juntos en familia.
5. No seas el “policía de los sentimientos”
Una de las cosas más dolorosas para una madre o un padre es ver a sus hijos tristes, sufriendo o pasando un mal rato en general. Es importante tener en cuenta que todo el espectro de emociones es importante para un correcto desarrollo afectivo de inteligencia emocional.
Así que, por más tentador que sea “prohibir” a los hijos llorar o estar tristes para evitar pasar esos malos ratos, estaríamos causando mucho mal con esta estrategia.
En lugar de eso, se tiene que poner en práctica una comunicación abierta, honesta y transparente entre todos los miembros de la familia; hablar de manera clara sobre los sentimientos que se están experimentando, validarlos con empatía, escuchar de manera activa y entendiendo los problemas que se tienen que resolver.
En muchos casos ni siquiera se trata de resolver una situación específica, sólo hace falta un desahogo y un abrazo para reparar el dolor que se está experimentando.
Si quieres aprender más consejos sobre cómo llevar un mejor liderazgo en familia, te invitamos a los talleres del evento Wellbeing 360 de Universidad Tecmilenio. En particular, el "Taller de Familias Positivas” impartido por Iván Guerrero, líder en productos en bienestar del ICBF, el cual se enfoca en saber las fortalezas en los hijos para facilitar su crecimiento personal y familiar.
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