El sueño, parte esencial de nuestro bienestar.
El sueño es uno de los procesos básicos de toda especie animal, desde insectos hasta mamíferos. Es tan importante para el ser humano que ocupa un tercio del total de la vida humana. Los patrones del sueño cambian a lo largo de la vida. Por ejemplo, un recién nacido duerme 16 horas por día. Además, las rutinas en las que nos envolvemos también van modificando estos ciclos.
Este proceso tan vital para el ser humano en ocasiones se ve descuidado. La falta crónica de sueño deteriora la función cognitiva , por lo que afecta en el desempeño de las actividades durante el día. Mientras dormimos, algunas funciones básicas como la respiración y la frecuencia cardiaca disminuyen en ritmo e intensidad, así como la función del sistema muscular. Existen varias fases del sueño, entre ellas la denominada REM (Rapid Eye Movement). Esta etapa se distingue por la presencia de sueños abstractos, es decir aquellos que son atípicos y surreales a diferencia de los sueños de la fase NREM (Non-Rapid Eye Movement) que son típicamente lúcidos y con sentido de propósito.
En tiempos de hiperconectividad estamos constantemente estimulados por contenidos visuales y audiovisuales, incluso desde diferentes dispositivos móviles.
Debido a esto, podemos estar sometiendo a nuestro Sistema Nervioso a una sobreexposición de dispositivos móviles y pantallas que podría afectar nuestro ciclo del sueño, esto aunado a la falta de exposición al exterior y a la luz solar de manera constante podría jugar un rol fundamental en nuestro ritmo circadiano (Ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas).
Buenos hábitos de sueño.
- Fija un objetivo de sueño. Procura de dormir 8 horas diarias, establece objetivos y apégate a ellos hasta crear un hábito.
- Prepárate para dormir con una rutina. Cuando adoptamos una rutina previa a la hora de dormir mandamos la señal a nuestro sistema nervioso de que el momento de descansar se acerca. Lavar la cara, ponerse pijama y leer uno o dos capítulos de un libro son un buen hábito para estimular al cerebro. Además de eliminar distracciones como el teléfono y la televisión.
- Come alimentos más saludables. Cena ligero para evitar malestares digestivos a la hora de ir a la cama, evita alimentos y bebidas estimulantes como chocolate, café, refrescos, tés con cafeína y bebidas azucaradas.
- Procura estar en calma antes de dormir. Reservar un poco de tiempo antes de acostarse para relajarse puede contribuir a la transición hacia el sueño. Prueba con respiraciones profundas, relajación progresiva de los músculos, estiramientos suaves o imágenes guiadas para ayudar a enfocar tu atención en el presente y lejos de las preocupaciones. Si tener la mente ocupada te mantiene despierto, anota tus pensamientos en un diario o en un bloc de papel junto a tu cama.
Un buen descanso es esencial para tener un alto rendimiento en nuestras actividades durante el día. En la situación en la que nos encontramos, un buen ciclo del sueño también nos permitirá mantenernos positivos para enfocarnos en lo bueno y enfrentar momentos de incertidumbre.