Los cuentos de hadas siempre terminan así, pero ¿puede existir la felicidad eterna?
Por medio del estudio científico del bienestar humano, la psicología positiva ha podido describir diferentes formas en las que los seres humanos podemos ser felices. Pero la felicidad no es un objeto que se adquiera y que podamos usar a nuestra disposición. Como la salud, la felicidad es un estado variable. Entonces, ¿por qué en los cuentos dicen que fueron felices para siempre?
La mayoría de los protagonistas de los cuentos tienen que salir de lo conocido y enfrentar un reto. A veces una situación adversa, como la muerte de un padre o la pobreza, les lleva a buscar fortuna en otro lugar. Otras veces emprenden la aventura para encontrar un tesoro o un objeto mágico, y en ella encontrarán obstáculos que les harán probar sus fuerzas y, en ocasiones, vencer enemigos formidables. Los protagonistas salen de su zona de confort, de lo que estaban acostumbrados, es decir, dejan de vivir en la adaptación hedónica, y las pruebas que tienen que afrontar les ayudan a descubrir recursos internos, conocer sus fortalezas de carácter y emplearlas para salir adelante. Al cerebro le gusta la novedad y los seres humanos nos acostumbramos fácilmente a lo bueno. No tengas miedo a los retos, son grandes maestros y además permiten que vivamos experiencias de involucramiento, sentido y logro.
Los pensamientos del héroe
Al enfrentarse a la dificultad, ¿que se dicen a sí mismos los protagonistas de los cuentos? Aunque a veces se sienten cansados o desesperados, siempre hay esperanza. Martin Seligman, uno de los padres de la psicología positiva, afirma que se puede aprender a pensar de manera optimista y que esta posibilidad de cambiar nuestros patrones de pensamiento permite mejorar el nivel de bienestar. Seguramente que los héroes de las narraciones que leímos cuando niños no habrían llegado a ningún lado si desde el principio hubieran pensado que no podían o se hubieran considerado a sí mismos tontos, ineptos o inútiles. Las investigadoras Julia K. Bohem y Sonja Lyubomirski[1] han descubierto que las personas infelices tienden obsesionarse más con pensamientos negativos, lo cual no sólo las hace sentir mal, sino que las lleva a tener malos resultados. Más aún, ellas descubrieron que se puede volver infeliz a una persona feliz si se le pide que dedique un tiempo excesivo a rumiar pensamientos sobre sí misma. En cambio, se puede hacer feliz a una persona infeliz si se le enseña a dirigir su atención fuera de sí mismo, como pasa con los héroes de los cuentos.
Las comparaciones del héroe
Recuerda cualquiera de los cuentos de hadas y verás que el héroe o protagonista no se está comparando continuamente con los demás. Valora el reto que tiene y busca la mejor forma de enfrentarlo, pero la narración no nos muestra que esté interesado en medirse con otros, a menos que tenga que vencerlos en una pelea. En cambio, los personajes antagónicos siempre están insatisfechos: desean un reino más grande, el tesoro de otra persona, o ser los más poderosos o más bellos del mundo. Las investigadoras Boehm y Lyubomirski también han encontrado que las emociones y la imagen de sí mismos que tienen las personas felices está mucho menos influenciada por las comparaciones con otros que en el caso de las personas infelices. En el lenguaje de los cuentos llamaríamos a la comparación social "el veneno para la felicidad".
Las decisiones del héroe
Enfrentar a un gigante, vencer a una bruja que te quiere comer o sobrevivir en medio de un bosque llevan a tomar decisiones encaminadas a la acción, que ayudan acercarse a la superación del reto y que dan satisfacción. Para los protagonistas de los cuentos esas decisiones son suficientemente buenas y eso contribuye a su felicidad. En cambio las personas infelices tratan de maximizar sus decisiones, es decir, siempre tratan de tomar la mejor decisión de todas, y aunque se sienten contentos al haber obtenido mejores resultados por su decisión, rápidamente sienten arrepentimientos y menos bienestar que las personas que se sienten satisfechas con una decisión suficientemente buena y que no se esforzaron en la decisión perfecta.
¿Cuál es tu cuento? ¿Cuál es tu reto? ¿Cómo puedes ser el protagonista de una vida bien vivida? Te invito a que cada día escribas con entusiasmo tu propia historia.
[1] Boehm, Julia K.; Lyubomirski, Sonja. The Promise of Sustainable Happiness en The Oxford Handbook of Positive Psychology. 2nd edition. Oxford University Press. NY, 2009. p. 670