Ciencias de la felicidad Blog

Roma no se construyó en un día

Seguramente has escuchado el dicho: “Roma no se construyó en un día”. Tanto la ciudad imperial que maravillaba a los viajeros en la antigüedad, como la Roma del siglo XXI que causa asombro por ser un museo de arte habitado, requirieron que se construyera ladrillo por ladrillo, día tras día; no se hizo mágicamente.

Es probable que tengas algún sueño, una meta. Que quieras bajar de peso, mejorar tu salud, comprar una casa, poner una empresa, correr un triatlón, terminar una maestría, convertirte en millonario... Cualquiera que sea tu anhelo, Jeff Olson, en su libro The Slight Edge, señala que es importante poner atención en las pequeñas decisiones diarias, en las acciones cotidianas porque esas son las que construyen tu futuro.

Lo pequeño es implacable 

roma1.png

Jeff Olson, quien compartirá sus estrategias de éxito en el III Foro de Ciencias de la Felicidad,  afirma que la ley de la pequeña ventaja es implacable. En la vida puedes practicar disciplinas sencillas o cometer simples errores de juicio. Es igualmente fácil. Olson lo explica con casos muy concretos, como por ejemplo: puedes tomar todos los días un café que cuesta 30 pesos. No es mucho dinero ni notas que te afecte este gasto. Sin embargo, al final de la semana habrás gastado 210 pesos y el total gastado en estos cafés al mes será de 900 pesos. Las pequeñas acciones no se notan, pero tienen consecuencias. Pone también otro ejemplo: es tan fácil comer frutas y verduras como no comerlas. El impacto en tu salud no se nota de inmediato. Si hoy comes ensalada y prescindes de los alimentos fritos no verás una baja de peso inmediata. Sin embargo esa decisión diaria, en la que puedes adoptar una disciplina sencilla o cometer un simple error de juicio tiene consecuencias a lo largo del tiempo. Así como Roma no se construyó en un día, sino ladrillo por ladrillo y hora tras hora, así se nos plantea a nosotros cada día la oportunidad de construir un bienestar futuro por medio de las decisiones del presente.

Si es fácil, ¿por qué no lo hacemos?

roma2.png

Si es tan fácil guardar 10 pesos diarios como gastarlos, ¿por qué no lo ahorramos? Precisamente por eso, señala Olson. La sencillez de la pequeña acción que nos beneficia nos engaña y no le damos importancia; no parece tener trascendencia. Sin embargo, a lo largo del tiempo, una acción productiva va generando un “interés”, es decir, nos va acercando hacia la meta, mientras que un error de juicio repetido nos va acercando al fracaso.  Es fácil ahorrar unos pocos pesos al día; es fácil hacer 15 minutos de caminata; es fácil leer 10 páginas diarias. Pero es igual de fácil gastar unos pesos al día; estar en la cama 15 minutos más cada día o no leer nada. Todos los días se nos plantean estas pequeñas opciones para tomar o no la decisión correcta, en cada una de las áreas de nuestra vida. Tanto los triunfadores como quienes fracasan realizan diariamente rutinas similares, como comer, dormir, trabajar, hablar, escuchar, relacionarse. La diferencia está en las decisiones que toman frente a cada una de estas rutinas. Todos tenemos 24 horas cada día, 168 horas a la semana: las condiciones son las mismas. La diferencia está en la toma de decisiones: elegir una sencilla disciplina o cometer un simple error de juicio. Es igual de fácil. Decidir bien requiere tener la perspectiva de que lo que se siembra en el presente es lo que se cosecha en el futuro. Las pequeñas acciones productivas que se repiten de manera consistente en el tiempo son la diferencia entre el éxito y el fracaso. Tú decides. 

Jeff Olson estará  en la Ciudad de México el 21 de octubre en el III Foro de Ciencias de la Felicidad.

Publicado: 2017-12-29 00:43:10
Autor: Universidad Tecmilenio