Por fin llegó Carlitos
Desde el año pasado me comprometí a escribir algunas ideas sobre el concepto de positividad aplicado a la vida diaria de las familias.
Escribir es para mí un proceso que parte de la inspiración, las ideas surgen desordenadas como un rompecabezas que tengo que acomodar para poder decir algo. Después de darle muchas vueltas, decidí contarles sobre el nacimiento de Carlitos
En ese mismo tiempo en mi familia esperábamos la llegada de Carlitos, mi primer nieto, la emoción y la preocupación de que todo saliera bien llenaba las horas y los minutos de cada día.
Toda la familia estaba pendiente de cómo iba el embarazo, la salud de mi nuera y del bebe eran la prioridad. Lo siguiente fue comprar las cosas para arreglar su cuarto y todo lo que necesitaría cuando llegara a casa. Cada uno de esos eventos, nos llenó de alegría, de momentos gozosos que nos hicieron sentirnos muy cerca, sentirnos familia.
Vienen a mi mente imágenes de cuando salimos de compras a escoger la cuna, la carriola, el cambiador, la ropita y el regreso a casa cansados y felices. En esos momentos no solo salimos de compras, sino que fuimos construyendo historias.
Historias que podemos volver a contar y que nos hacen sentirnos felices. Historias que definen a la familia y que le podremos contar a Carlitos.
La alegría era la emoción más claramente experimentada en esos momentos. En palabras de Bárbara Fredrickson (2009): La alegría es radiante y ligera, los colores parecen más vivos los rostros se iluminan con una sonrisa y un brillo interior, no quieres perder ni un detalle, sientes ganas de saltar y de jugar.
Una llamada temprano en la mañana: estamos en el hospital desde anoche…
Y Nació Carlitos
Fue como una explosión de amor que cayó sobre toda la familia. Lo lleno todo en un momento. Fue como si una luz interior que salió de él, iluminara todo el espacio. Cada uno de los que estábamos ahí, sus papas, abuelas, tíos, primos, recibimos un poco de esa luz interior con la que llego a la vida
Y entonces todo se convirtió en entusiasmo, alegría y amor por el recién nacido.
Las emociones que se experimentan ante sucesos gozosos que nos llenan de felicidad, son como interruptores que es posible accionar para encender la positividad en nuestras vidas.
Los recuerdos de estas emociones compartidas estrechan vínculos y generan la historia de la familia en donde se guardan y repiten, cada vez que sea necesario, las emociones de los sucesos gozosos que las definen
Las familias positivas, están llenas de momentos gozosos, no son solo las guardianas de las emociones, siguen generando y ampliando estas definiciones de positividad.
Son familias positivas, familias felices.
María Elena Morín
Diseño Académico del Instituto de Ciencias de la Felicidad