Tener esperanza no es hacerse ilusiones vanas, sino saber que se puede alcanzar una meta, por medio de las acciones adecuadas.
Está a punto de comenzar el año 2014. El inicio de un nuevo viaje de la Tierra alrededor del Sol nos anima a renovarnos, hacer planes, propósitos y metas. A veces retomamos los que hicimos el año anterior, o perseveramos en metas de largo plazo. En otras ocasiones, la experiencia del año vivido nos conduce por nuevos caminos. La esperanza es una fortaleza de carácter que nos ayuda a planear el futuro, está relacionada con el optimismo y con la confianza de lograr algo con el paso del tiempo.
Pensar en el futuro
El primer componente de la esperanza es pensar en el futuro. ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué te gustaría lograr? La esperanza no está hecha sólo de ilusiones, pero son importantes para mirar el futuro con apertura y curiosidad. Muchos de los inventos que hoy usamos de manera cotidiana comenzaron como un sueño, como la aspiración de volar. En la mitología griega se cuenta la historia de Dédalo y su hijo Ícaro, quienes con habilidad e ingenio se hicieron unas alas para escapar del dominio de Minos, rey de Creta. En el Renacimiento, Leonardo Da Vinci (1452-1519) estuvo intrigado por la manera de lograr que algo más pesado que el aire volara, por lo que realizó numerosos esquemas y planos de inventos que podrían ayudar al hombre a vencer la ley de gravedad, como el paracaídas, el ala delta e incluso un precursor del helicóptero cuyo rotor era activado por el movimiento de cuatro hombres. Fue hasta 1903 que los hermanos Wright inventaron el avión y nadie se cuestiona hoy en día si el hombre puede o no volar.
Los sueños amplían el horizonte, nos descubren nuestros deseos. Para lograrlos debemos convertirlos en metas y buscar los caminos para alcanzarlas.
Esperar lo deseado
La esperanza tiene fundamento en la realidad; a veces crea ilusiones, pero no es delirante. Es una fortaleza de carácter cognitiva, pero es también motivacional y emocional, pues la persona tiene expectativas que en las que ha puesto cierto afecto y a las que da suficiente importancia como para trabajar en lograrlas. Las emociones positivas son importantes tanto para comprometerse a lograr un propósito, como para mantenerse en firme en el deseo de lograrlo cuando surjan los obstáculos y comience a parecer imposible alcanzarlo.
Mis acciones me ayudan a llegar a la meta.
Sueña. Planea. Actúa.
Charles R. Snyder fue el primero que expuso, en 1994, una teoría psicológica acerca de la esperanza. De acuerdo a este investigador, las expectativas dirigidas a metas tienen dos componentes que actúan tanto juntos como por separado.
- El primero es la agencia (agency), que refleja la determinación personal de que pueden cumplirse las metas. La persona tiene la creencia de que los buenos eventos son más probables si realiza las acciones adecuadas, y los malos eventos, menos probables. Las acciones de autocuidado, como lavarnos los dientes, usar el cinturón de seguridad o tomar vitaminas son ejemplos sencillos de agencia: creemos que si tenemos buenos hábitos de salud, evitaremos la enfermedad. Esta determinación de que pueden cumplirse los objetivos es sumamente importante en las metas a largo plazo, como terminar una carrera, hacer prosperar un negocio o mantener unida a una familia. Esta creencia de que nuestras acciones pueden lograr algo es lo que nos mantiene en marcha.
- El segundo son los caminos (pathways), que Snyder describe como la creencia del sujeto de que pueden generarse planes exitosos para lograr las metas. Es decir, hay formas, rutas o estrategias que pueden ayudar a la persona a lograr lo que desea. Aquí es donde la perseverancia se une a la flexibilidad, pues al encontrar que el destino deseado no se puede alcanzar por un camino, la persona perseverante buscaráo tro, o esperará el momento adecuado para volver a intentarlo.
¿Cuál es tu sueño? ¿Cómo puedes convertirlo en una meta o propósito? ¿Qué puedes hacer para lograrlo? ¿Qué planes o estrategias te pueden ayudar a alcanzarlo? La esperanza es lafortaleza de carácter que nos permite tener la confianza de que alcanzaremos nuestros propósitos.
Bibliografía:
Peterson, Ch.; Seligman, M.(2004). Character Strengths and Virtues. A Handbook and Classification. APA, Oxford University Press. Nueva York.
Lopez, S.J.; Snyder, C.R.(2011). The Oxford Handbook of Positive Psychology. OxfordUniversity Press, segunda edición. Nueva York.