Durante el pasado congreso de IPPA (International Positive Psychology Association), el Dr. David Cooperrider, creador de la investigación apreciativa, impartió una conferencia magistral con el título “Instituciones Positivas: la investigación apreciativa y la nueva ecuación del cambio”. En ella abordó cómo crear un mundo floreciente por medio de las instituciones positivas.

Una de las mayores aportaciones de la psicología positiva ha sido el permitir que las personas descubran sus fortalezas y las usen de una mejor manera para involucrarse en el trabajo y para experimentar bienestar. La investigación apreciativa, por su parte, se ha enfocado en mejorar las instituciones por medio de preguntas que aprecian los recursos y lo que sí funciona en una organización. Al unir los dos enfoques, el de las fortalezas con el del poder de la pregunta, se puede generar mucho mayor florecimiento.

El enfoque apreciativo funciona

La perspectiva de déficit, la que pide mirar lo que no funciona o las carencias, no ayuda a las personas a sacar lo mejor de sí mismas. Por el contrario, cuando las personas conocen y usan sus fortalezas de carácter, se convierten en empleados altamente facultados e involucrados. Al comparar los empleados involucrados con los no comprometidos, encontramos que:

• -Están 480% más comprometidos con ayudar a que su compañía tenga éxito;
• -Es 250% más probable que recomienden mejoras;
• -Es 370% más probable que recomienden a su compañía como empleador; y
• -Es 30% menos probable que se ausenten del trabajo.

Estas cifras muestran que el crear ecosistemas de bienestar y en los que se hacen preguntas de investigación apreciativa, en las que se permite ver el potencial generativo de las situaciones, en lugar de enfocarse en los problemas, permite florecer tanto a las personas como a las empresas. 

La experiencia de elevación

Desde niños, cuando fuimos a la escuela o nuestros padres nos querían ayudar a mejorar, lo más probable era que escucháramos un comentario basado en la experiencia de déficit, o sea un diagnóstico de lo que estaba mal y de la carencia, de lo que nos faltaba.  Este tipo de enfoque en el déficit es el más común en las empresas: cuál es el problema, qué falta, qué está mal. Para generar cambio positivo no se deben cerrar los ojos a lo que no funciona, pues no debemos dejar de ser realistas. Pero el cambio positivo requiere especialmente que se abran los ojos a las posibilidades y que se fomente la experiencia de elevación. Elevación es cuando experimentamos inspiración para actuar de una mejor manera, al ver a alguien ser la mejor versión de sí mismo. El cambio positivo puede fomentarse cuando procuramos experiencias de elevación dentro de las instituciones. Para ello es necesaria la suma de tres elementos: el poder integral (wholepower), la fuerza de voluntad (willpower) y el poder posible o manera de lograrlo (waypower). 

Permitir las condiciones para que se den experiencias de elevación hace que cada uno de los miembros de la institución experimenten un poder positivo, al unir sus capacidades y fortalezas con su autorregulación y fuerza de voluntad junto con los medios al alcance para lograr las metas. Esto a su vez contribuye a experimentar los elementos del bienestar (PERMA), especialmente un mayor involucramiento e identificación con la cultura e identidad corporativa. Al final de cuentas gran parte de nuestra vida la pasamos en el trabajo y este puede convertirse en una importante fuente de bienestar, tanto para la persona como para la sociedad.