Una de las formas que ha estudiado la psicología positiva de infundir y crear más emociones positivas son los actos amables espontáneos .
En general las emociones positivas tienen la característica de que nos ayudan a ampliar y construir capacidades cognitivas, un estado emocional positivo hace que seamos más creativos para resolver mejor los retos del día. Las emociones positivas están incluso ligadas a mejor salud en la edad madura. La amabilidad no es una de las emociones positivas como tal, pero es un precursor del amor y de la gratitud que ha estudiado la psicóloga Barbara Fredrickson de la Universidad de Carolina del Norte.
Una actitud hacia los demás en la generamos bienestar a través de actuar de forma gentil y servicial a favor de los otros, teniendo en mente cómo podemos ayudar a todos los que van cruzando nuestro camino. Esto suena difícil en un mundo en el que cada vez somos más individualistas e incluso tenemos menos contacto físico y más a través de redes sociales.
El reino de Bután, un pequeño país de Asia, mide lo que llama la Felicidad Nacional Bruta y dentro de este indicador incluye el sentido de apoyo comunitario, es decir el ser amable entre los mismos ciudadanos, la participación en proyectos que mejoran la comunidad y la participación en organizaciones sociales.
Algunas de las acciones más comunes es dejar pagado el café de la persona que va detrás de nosotros en la fila en un negocio de alimentos, darle una moneda para pagar el estacionamiento a alguien que no tenga cambio, o completarle el pasaje del transporte público, otra opción es reconocer y agradecer a las personas cuyo trabajo es poco visibles (los empleados de intendencia, el guardia, quien está en una caseta en un estacionamiento, etc.) incluso saludar y sonreír a los demás es un acto de ser amable. En una ocasión en un vuelo comercial me encontraba sentada al lado de una persona que ordenó alimentos con pago y no tenía el monto exacto o un medio de pago aceptado por la línea área, en ese momento me ofrecí a pagar.
Esto no quiere decir que los actos de amabilidad sean económicos, incluso el reconocer a otros y agradecer es una amabilidad que pocas veces tenemos, podemos ir más allá y dar una palabra oral o escrita a alguien en un contexto de agradecimiento o de apoyo. Podemos incluso ser amables con la naturaleza recogiendo la basura o plantando árboles y los animales a nuestro alrededor siendo conscientes de sus necesidades. Lo importante es que en estudios realizados en la Universidad de California las personas que realizaban cinco actos espontáneos de amabilidad por semana durante seis semanas veían elevados sus niveles de felicidad.
cada momento puede presentar una oportunidad de ser amables aún con aquellos que no lo son con nosotros, esto no se trata de permitir que nos traten mal, pero qué tal que pensamos en que la persona no tiene la intención de agredirnos, sino que no está atento a cómo se comportó o tiene demasiada prisa. Al responder de manera amable puede sorprenderte que la persona cambie su actitud, si no pasa nada y la persona sigue con la actitud no habrás perdido nada y pudiste haber ganado darle a otra persona la oportunidad de tener un mejor día
Ser amable se contagia por lo que trabajar en comunidades desde la familia, la colonia, la oficina, la iglesia puede hacer que dentro del grupo nos sintamos mejor unos con otros y generemos más amor y gratitud. Además, podemos después invitar a otros grupos a unirse con nosotros.
En resumen, hoy mismo puedes comenzar a generarla a través de: