Cómo pasar del aburrimiento a la motivación
Muchas personas van al trabajo contentas y entusiasmadas para enfrentar lo que el día les presente. Es más, tienen proyectos y planes que con el tiempo se convierten en logros que son reconocidos. Aunque algunas veces esto sucede, también es cierto que en algunas tareas en el trabajo son aburridas, cansadas, fastidiosas. Son aquellas cosas que postergamos y nos generan rechazo porque cuando nos ponemos a hacerlas sentimos que el tiempo pasa de manera muy lenta, nos distraemos, nos hartamos y acabamos dedicando más tiempo del que hubiéramos querido para ejecutarlas. El aburrimiento es malo para el rendimiento laboral, e incluso peligroso si la persona está manejando maquinaria. Esa sensación de tedio causa irritabilidad y emociones negativas, lo cual también afecta al ambiente laboral.
Pero, ¿qué hay detrás del aburrimiento? Sí, hay falta de motivación, pero la solución no está en echarnos porras o colgar frases motivacionales en la oficina. Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los padres de la psicología positiva, quien ha estudiado principalmente el flow o experiencia óptima, ha descubierto que la inmersión total en una tarea ocurre cuando el reto es alto y las habilidades para enfrentarlo lo son también . En sus investigaciones ha descubierto que la apatía y el aburrimiento se presentan justo en la situación contraria: cuando el reto es bajo y las habilidades para enfrentarlo también lo son, la persona no se siente motivada a realizar la actividad. ¿Podrías describir cuáles tareas te resultan aburridas y qué habilidades requieres para ejecutarlas?
1. No huyas del aburrimiento
¿Has visto lo que hacen los niños aburridos? Quizá primero muestran su fastidio e irritación, lloran y se quejan. Pero si la situación no cambia, por sí mismos encuentran algo con lo cual entretenerse, es decir, el aburrimiento es germen para la creatividad. El tedio es incómodo, pero en lugar de sofocarlo con un entretenimiento externo, acepta la sensación y permite que te lleve a encontrar una manera más creativa de enfrentar la tarea.
2. Encuentra el sentido
En ocasiones se nos pide realizar en el trabajo actividades a las que no les encontramos sentido, por ello nos sentimos desinteresados. Pero puedes despertar tu motivación intrínseca si observas la tarea con atención, curiosidad y apertura, y te preguntas qué sentido puede tener esta actividad para ti. Puede ser algo tan sencillo como demostrarte a ti mismo que puedes, ejercitar tu autocontrol o aprender una nueva habilidad, aunque en este momento no sepas para qué te servirá en el futuro. El rendimiento se optimiza cuando consideramos a la ocupación valiosa e interesante.
3. Asigna un tiempo determinado a la tarea
Una de las razones por las que postergamos las tareas aburridas es que se vuelven interminables. Como no tenemos motivación, nos distraemos, nos equivocamos y nunca las concluimos. Para evitar esta situación, asigna un tiempo determinado a la ejecución de la actividad. Si es muy grande, fracciónala en tareas más pequeñas que puedas ir concluyendo en etapas. Esto reforzará tu sentido de logro.
4. Evita el piloto automático
Aunque hayas realizado muchas veces esa actividad que te fastidia, trata de verla ahora con nuevos ojos. Pon toda tu atención en el proceso que se necesita para ejecutarla, en la información que te otorga. Fortalece tu atención con la curiosidad, observa los detalles, mantén una actitud de apertura. Esto potenciará tu concentración, la adquisición de nuevas habilidades y verás que hasta podrás disfrutar lo que antes considerabas aburrido.
Recuerda que siempre puedes elegir cómo vivir los retos que la vida te presenta y al usar tu atención puedes mejorar tu experiencia vital.