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Aprende a reír

Un cirujano cardiaco me comentaba que los mejores chistes siempre los escuchaba en el quirófano, en medio de las operaciones más complicadas. Me explicaba que con ayuda del sentido del humor se relajaba un poco la tensión de todo el equipo que participa en esas cirugías riesgosas y, generalmente, muy largas. Lo que la Psicología Positiva ha encontrado es que además el humor, como emoción positiva, ayuda a ampliar las habilidades cognitivas y a construir nuevos conocimientos. También ayuda a ampliar y construir percepciones y relaciones. La Dra. Barbara Fredrickson , experta en el estudio de las emociones positivas y quien propone la teoría de ampliar y construir, expresa que todas las emociones positivas amplían el panorama, permiten nuevas asociaciones y son importantes para el florecimiento humano. Pero el efecto de estas emociones es temporal, por eso debemos fomentarlas todos los días.

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El humor es una fortaleza de carácter

Chris Peterson y Martin Seligman, padres de la Psicología Positiva, ubicaron al hmor y la capacidad de juego como una de las 24 fortalezas de carácter que son reconocidas en todas las culturas[1]. Quien cuenta con esta fortaleza tiene la habilidad de reír y hacer reír a otros, pero también sabe encontrar lo gracioso en medio de las dificultades y adversidades que son parte de la vida misma. Trata de recordar una ocasión reciente en la que un proyecto tuvo dificultades. Ciertamente que la perseverancia es importante, pero muchas veces el humor ayuda a seguir adelante, porque permite reírse de las contradicciones, de muchos de los rasgos de la condición humana y crea lazos de compañerismo y lealtad. Como fortalezas de carácter, el humor y la capacidad de juego se engloban dentro de la virtud de trascendencia, porque permiten cambiar de perspectiva, mirar más allá y dar a las cosas o a las situaciones su justo valor.

El humor, como rasgo positivo, se puede distinguir de otros ánimos del dominio cómico porque tiene un corazón empático, lo que no ocurre en el ingenio, que muestra superioridad; el ridículo, que comunica arrogancia; o la ironía, que es hostil. El verdadero humor permite que todos estén en condición de igualdad, en la que enfrentan una situación adversa e incluso a veces absurda. Esa aparente incongruencia es la que detona la irresistible necesidad de reír.

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La risa es incompatible con el enojo

Otra de las virtudes del humor es que es incompatible con el enojo. Y en una situación estresante, cuando el tiempo apremia para la entrega de un proyecto, o en una cirugía como la que mencionaba al principio, es importante enfocar las energías del equipo hacia la colaboración, reducir las fricciones y evitar desgastarse con el enojo. La persona que se ríe deja de estar enojada, aunque sea por un instante. Nos ayuda a dejar de tomarnos demasiado en serio, nos acerca al otro y permite un cambio cognitivo.

El humor y la capacidad de juego permiten el ejercicio de la libertad interior: no importa qué tan opresiva es una situación, soy libre si puedo reírme de ella y de mí mismo. El humor es una conducta de adaptación, permite cambiar la negatividad en positividad. El humor y la capacidad de juego aumentan la resiliencia, son el elástico del resorte que nos permite "rebotar", salir adelante en una situación difícil; por eso en las peores desgracias se inventan más chistes. El juego y la broma permiten cambiar la perspectiva, abrir el enfoque, encontrar soluciones. Lo mejor de todo es que nos permite coexistir con nuestras limitaciones, que entonces dejamos de ver como un grave problema, para enfocarnos en una posible solución.

 
Publicado: 2017-12-29 18:21:18
Autor: Universidad Tecmilenio