En México, un país en donde la mayoría de las empresas son familiares (9 de cada 10), uno de los grandes retos es que sobrevivan a su fundador y logren una continuidad que llegue y supere a la tercera generación
Así lo señala la Encuesta de Empresas Familiares 2021 de PWC, en la que indican que actualmente en 45% de ellas la mayoría de sus accionistas pertenece a la segunda generación y 16% a la tercera; sin embargo, se espera que en cinco años aumente a 48% y 23%, respectivamente
Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral (ICBI) de Tecmilenio, explica que a diferencia de otras empresas, en estas organizaciones la mezcla entre lo personal-familiar y el negocio están interrelacionados.
“Existe evidencia en estudios sobre organizaciones de que la relación familiar bien llevada es uno de los factores clave de éxito de las empresas familiares. Es muy relevante el estilo de liderazgo positivo que crea un rumbo aspiracional y hace ver valioso lo que cada miembro comunica constantemente y se enfoca en sus fortalezas”.
El liderazgo positivo, afirma la especialista, permite con más éxito que la empresa logre sus objetivos y que la familia sea para sí misma y para quienes ahí laboran una red de apoyo que genera relaciones positivas.
“La práctica del liderazgo positivo se caracteriza por un sentido de propósito y trascendencia en la misión y visión de la empresa familiar, que genera confianza, estabilidad y dirección a través de una relación de confianza, respeto, gratitud y apoyo continuo de los miembros de la familia”, describe.
“Quienes ejercen los puestos de liderazgo son generosos, amables y agradecidos con los roles de cada persona que forma parte de la organización y de los miembros de la familia que generan un beneficio en apoyo a que la empresa pueda seguir operando y creciendo”.
Ballesteros explica que el liderazgo positivo atiende a dos cuestiones: por un lado, la motivación intrínseca para realizar un rol, adherirse a un plan y aspirar a metas retadoras; y por otro, la orientación a los estados virtuosos, de florecimiento y éxito, más allá de lo económico, de las organizaciones.
¿Cómo debe ser un líder positivo en una empresa familiar?
Ballesteros comparte las capacidades para ejercer un liderazgo positivo:
“Un líder positivo logra llegar a estados virtuosos para el éxito de la organización de forma armónica y motivando a las personas para que desarrollen su potencial, las valora y genera un sentido de propósito en ellas”, concluyó Ballesteros.