Las últimas semanas de cada semestre representan uno de los periodos más exigentes para las y los estudiantes, quienes deben enfrentar una avalancha de exámenes, trabajos finales y presentaciones.
Esta intensa carga académica puede generarte consecuencias negativas tanto físicas como mentales, manifestando síntomas como fatiga, estrés, desinterés, irritabilidad, debilidad y, en algunos casos, incluso ansiedad o depresión.
Para lograr equilibrar tus responsabilidades personales y problemas cotidianos con estas últimas semanas resulta fundamental el saber como funcionan este tipo de síntomas. A continuación, te presentaremos algunos de los problemas más comunes y recomendaciones que te ayudarán a controlarlos a la hora de tus exámenes finales.
Caer en la idea de que un problema no tiene solución nos lleva por un camino de autosabotaje, desencadenando un declive mental que nos priva de la oportunidad de explorar soluciones creativas para superar los obstáculos que se presentan en nuestro camino. Algunos de los enemigos (causas) más comunes a la hora de estudiar para tus exámenes finales son:
Crear barreras mentales te impiden avanzar hacia tu Propósito de Vida, objetivos y te llenan de dudas sobre tus capacidades.
La falta de motivación para realizar alguna tarea te puede sacar de tu zona de confort, además de tener dificultades para manejar las tareas del día y resolver problemas.
Pensamientos difíciles de controlar como una gran inquietud o tensión te afectan y puedes tener síntomas como mareos, alta presión, dolores y falta de aire.
Además, una tristeza persistente puede provocar una pérdida de interés en las actividades que antes se disfrutaban y una disminución de la energía.
Cuando hay temperamento explosivo al momento de tratar con situaciones triviales, se desbordan emociones negativas como el odio e ira descontrolada.
Se produce cuando comienzas a estar preocupado(a) o con demasiada tensión por alguna situación difícil, un desafío o una demanda que requiere mantenerte alerta.
Es cuando tienes sensaciones de agotamiento o falta de energía debido al cansancio físico, estas pueden ser debido al estrés, aburrimiento o falta de sueño.
Ahora que ya sabes cuáles son algunas causas que te impiden concentrarte en esos exámenes parciales o finales, te recomendamos leer las siguientes recomendaciones para mejorar tu concentración y lograr un mejor rendimiento escolar.
Regula tu carga mental midiendo tiempo de estudio y descanso, de esta manera no solo te sentirás menos cansado, sino que tendrás un mayor control sobre lo que aprendes.
Te recomendamos comenzar con un calendario digital de actividades diarias durante una semana para que logres percibir dónde estás tomando más tiempo y así prescindir de alguna actividad que te distraiga.
Una forma efectiva de reducir tu carga mental puede ser realizando una actividad al aire libre como caminatas o ejercicios, con esto te sentirás más relajado(a) y consiente a la hora de estudiar.
Reducir el número de fuentes de distracción te ayudará a no sentirte irritado al momento de concentrarte. Algunas recomendaciones pueden ser añadir música o aromas que te transmitan tranquilidad.
Utilizar tus propias palabras al momento de estudiar te ayudará a que tu cerebro retenga mejor la información. Te recomendamos hacer anotaciones con palabras clave sobre lo que ves en tus clases para que te permitan repasar mejor conceptos o teorías complejas.
Establecer metas sobre cuánto esperas aprender, puede facilitarte la retención de información dependiendo de que tan extenso sea el tema. Además, puedes recompensarte por cada meta alcanzada ayudándote de forma que puedas desarrollar buenos hábitos.
Hoy en día, numerosos desafíos afectan a las y los estudiantes, generando un impacto significativo en su salud y bienestar.
Si percibes que algo no está bien, no dudes en buscar ayuda. Recuerda que en Tecmilenio cuentas con la Red de Bienestar, donde con una llamada telefónica podrás consultar temas psicológicos, nutricionales, financieros, seguros y consulta médica y veterinaria.
Compartir tus inquietudes con alguien de confianza, como un familiar, amigo, profesor o profesional de la salud mental, puede ser el primer paso para encontrar el apoyo que necesitas.
Enfrentar los retos académicos y personales no tiene que ser una batalla solitaria, priorizar tu bienestar es esencial para afrontar las dificultades de manera efectiva.
Y tú, ¿cómo te preparas para tus exámenes y proyectos escolares?