El desfile de Día de Muertos en México se convirtió en una nueva forma de celebrar la misma tradición que honra la vida de quienes ya no están con nosotros y llena las calles de colores, música y símbolos emblemáticos de esta festividad. Desde hace algunos años, esta manifestación cultural reúne a personas de todo el mundo en torno a uno de los festejos más representativos de México. Acompáñanos a descubrir más sobre el desfile y otros elementos que enriquecen esta celebración, como los altares, las alfombras de aserrín y las flores de cempasúchil.
Inspirado en las antiguas tradiciones mexicanas y popularizado internacionalmente, el desfile de Día de Muertos comenzó en la Ciudad de México en 2016, después de ser imaginado en la película Spectre, de James Bond. Desde entonces, evolucionó para convertirse en un evento cultural que celebra la vida y la muerte con una combinación de danza, música y disfraces que representan figuras icónicas como las catrinas, calaveras y personajes prehispánicos. Miles de personas se reúnen en las calles, entre altares móviles y carros decorados, para rendir homenaje a los difuntos en un ambiente festivo que muestra la riqueza de la cultura mexicana. Este desfile, que ahora también se celebra en otras ciudades del país, permite a las nuevas generaciones experimentar nuevas formas para conectarse con sus raíces.
Más allá de los desfiles, el Día de Muertos también se celebra en las casas y espacios públicos con altares de muertos. Éstos son toda una obra de arte y al mismo tiempo un ritual familiar dedicado a los seres queridos que ya no están. Los altares se decoran con elementos simbólicos como fotografías, velas, incienso y ofrendas de comida. Cada nivel y objeto en el altar representa un elemento de la tradición ancestral mexicana, lo cual asegura que los difuntos encuentren el camino de regreso a casa.
La preparación de los altares es un acto de amor y recuerdo, donde las familias dedican tiempo a reunir los objetos favoritos de sus seres queridos para re-conectarse con ellos y ellas a través de cada detalle.
Durante el Día de Muertos, también es común ver alfombras de aserrín en algunas regiones de México. Estas alfombras, hechas de aserrín teñido de colores, son auténticas piezas de arte que adornan las calles y los espacios donde se celebra la festividad. Con patrones que representan escenas religiosas o de la vida cotidiana, estas alfombras guían a las almas y son una muestra de respeto y hospitalidad hacia los difuntos.
Las alfombras de aserrín también son un recordatorio visual de la creatividad y el talento de quienes participan en la festividad, pues dejan una huella que, a pesar de ser efímera, permanece en la memoria de quienes la observan.
El cempasúchil, también conocido como "la flor de los muertos," juega un papel central en la festividad del Día de Muertos. Su brillante color naranja y su distintivo aroma son considerados una guía para que las almas encuentren su camino hacia el altar. La flor de cempasúchil se esparce en caminos, se extiende alrededor de las ofrendas, decora los altares y cementerios con un color vibrante que simboliza la vida y la muerte entrelazadas.
El uso del cempasúchil no sólo aporta belleza a la celebración, sino que también refuerza el sentido de espiritualidad que rodea esta fecha, iluminando el camino para aquellos que ya partieron.
En Tecmilenio, la tradición del Día de Muertos se celebra con actividades culturales que permiten a nuestra comunidad vivir y aprender sobre esta importante festividad. Cada año, los campus organizan eventos como la creación de altares de muertos y concursos de calaveritas literarias, fomentando la participación y el orgullo por nuestras raíces.
Este año, te invitamos a participar en el Concurso de Altares de Muertos y Calaveritas Literarias. Consulta las actividades programadas en tu campus y únete a la celebración de nuestras tradiciones. ¡Es una excelente oportunidad para expresarte y recordar a quienes ya no están!