Aprendizaje real fuera del aula: Tecmilenio Toluca en la competencia Baja SAE

¿Te imaginas construir un auto desde cero mientras estudias tu carrera? Para Storms RT, esa pregunta se convirtió en un proyecto real que los llevó a vivir la competencia Baja SAE. El equipo formado por 13 estudiantes de distintas carreras de Tecmilenio Toluca decidió diseñar y armar un vehículo todoterreno para competir a nivel nacional en San Luis Potosí, una experiencia que cambió cómo aprenden y trabajan en equipo.

Desde el inicio, el proyecto puso a prueba su capacidad para crear, equivocarse y encontrar soluciones, acercándolos a dinámicas propias del ámbito profesional.

Storms RT: un equipo que lleva el aprendizaje a la práctica

Storms RT está formado por Uriel Serrano Vargas, Cinthia Argueta Romero, Irasel Yaretzi Araujo Santana, Josselyn Martínez Flores, Jimena Escobar García, Mónica Daniela Rodríguez Teja, Ian Enrico Marcelo Islas Ramírez, Isaac Serna Vargas y Jesús de Jeremías Bernal García, de Ingeniería en Mecatrónica; Victor Valdemar Enríquez López y Angel Eduardo Garcia Cortes, Ingeniería Industrial; Ander Ochoa Queijeiro de Ingeniería en Desarrollo de Software, y Fátima Monserrath Torres Murillo de Mercadotecnia.

A lo largo de este año, quienes integran el equipo diseñaron chasis, tren motriz, suspensión, frenos y cada elemento funcional del vehículo. El proyecto tomó meses de planeación, pruebas y ajustes; incluso implicó resolver problemas inesperados como fallas en el motor, piezas defectuosas o desajustes de precisión.

Desde su experiencia en el equipo, Víctor Enríquez, estudiante de Ingeniería Industrial, explicó cómo el proyecto cambió su forma de aprender: “Nada te prepara para la vida profesional como enfrentarte a un proyecto real. Descubrimos cómo aplicar lo que aprendemos en clase y cómo trabajar con herramientas, materiales y análisis que antes sólo veíamos en teoría.”

Ese proceso dio como resultado REXI, un vehículo inspirado en un T-Rex, cuyo diseño visual se desarrolló con apoyo de una estudiante de Diseño Gráfico.

Competencia Baja SAE: aprendizaje técnico y humano en acción

La competencia Baja SAE plantea un reto de alta exigencia académica y técnica. En este encuentro, estudiantes de distintas universidades diseñan y construyen un vehículo todoterreno desde cero y lo presentan ante ingenieros y representantes de empresas de la industria, en un contexto similar al de un entorno profesional real. En esta edición participaron 29 universidades en la categoría 4x4, con pruebas técnicas y dinámicas que exigieron preparación, seguridad y criterio.

Para Fátima Torres, esta experiencia fue muy enriquecedora porque los acercó a nuevas oportunidades: “Conocimos otros equipos, otras universidades, cómo manejan sus carros y también tuvimos la oportunidad de hacer networking y conocer empresas. Lo más retador fue presentar el proyecto ante ingenieros y representantes de empresas con un expertise muy alto. 

“Explicar el diseño con seguridad, recibir comentarios y que reconocieran el trabajo realizado, que vieran el carro y nos felicitaran, resultó muy enriquecedor y motivante para el equipo. Todo ese esfuerzo fue posible gracias al trabajo conjunto entre el área de manufactura y la administrativa, que se apoyaron en todo momento, y eso hizo que la experiencia fuera muy grata”.

Más allá de lo técnico, la experiencia permitió desarrollar competencias humanas clave como el trabajo en equipo entre áreas técnicas y administrativas, la comunicación clara entre perfiles distintos, el liderazgo compartido, la gestión del tiempo y la resolución de problemas, habilidades importantes en el entorno laboral actual.

Retos reales que preparan para el mundo laboral

La competencia también los llevó a enfrentar retos técnicos y operativos. Tuvieron que solucionar piezas que no encajaban, ajustar sistemas que fallaban y tomar decisiones oportunas para mantener el proyecto en pie. Cada situación les permitió fortalecer su capacidad de resolución de problemas y de respuesta ante escenarios reales, similares a los que se viven en el entorno laboral.

Uriel Serrano, capitán del equipo Storms RT, compartió esta reflexión: “Lo más valioso fue entender que un proyecto de esta magnitud exige paciencia, criterio y adaptabilidad. Aprendimos a tomar decisiones bajo presión y a apoyarnos en el equipo.”

Además, el proyecto implicó gestionar patrocinios y coordinar la logística del evento, tareas que ampliaron su aprendizaje.

Acompañamiento académico detrás del proyecto Storms RT

El equipo contó con asesoría docente en dos áreas: la manufactura del vehículo y la gestión administrativa del proyecto. En la parte técnica, Felipe Estrada acompañó al equipo desde el espacio de trabajo, el uso de herramientas y la guía en temas de manufactura y diseño. En el ámbito administrativo, el acompañamiento de Miguel Arzate, director de profesional de Tecmilenio Toluca, permitió que Storms RT avanzara con mayor claridad y organización.

Miguel Arzate, explicó que se integró para fortalecer áreas detectadas desde la experiencia previa en la competencia. “Los acompañé desde el año pasado y se observaron varias áreas de oportunidad. A partir de ahí, nos integramos para dar seguimiento al proyecto y trabajar semana tras semana con un objetivo claro: llegar a la competencia de este año”, compartió.

Como parte del proyecto, el propio equipo se encargó de gestionar los recursos necesarios para su participación, con el acompañamiento de la institución para realizar actividades dentro del campus. Las rifas, un bazar, la organización de eventos y la búsqueda de patrocinadores formaron parte del aprendizaje integral. “No solo es la manufactura del coche y la competencia; hay todo un trabajo detrás: organizar el viaje, la logística, los recursos. Fue un trabajo arduo, pero muy enriquecedor, tanto a nivel curricular como humano”, señaló Arzate.

¿Vale la pena participar en proyectos como Baja SAE?

Este tipo de experiencias dentro de la universidad dejan huella porque permiten a los estudiantes descubrir hasta dónde pueden llegar cuando se involucran en proyectos reales. Para Víctor Enríquez, estudiante de Ingeniería Industrial, Baja SAE rompió cualquier expectativa previa y transformó su experiencia universitaria: “Pocas veces me imaginé que cosas así pudieran ser logradas por un grupo de estudiantes que simplemente dijeron: hay que hacerlo. Yo en lo personal, no imagino cómo sería mi universidad si no estuviera en Baja SAE.”

Por otro lado, Fátima, invita a quienes sienten curiosidad por integrarse a proyectos como este, a que se animen, porque siempre hay espacio para intentarlo. “Donde tú quieras estar hay espacio. Muchas veces da miedo pensar que no sabes de carros, de manufactura o que no es tu carrera, pero lo importante es animarte. Arriesgarte vale la pena, porque siempre hay oportunidad de aprender, de impulsar proyectos como este y de llevarte una experiencia muy gratificante, incluso amistades que se quedan para toda la vida.”

La invitación se refuerza desde la mirada institucional. “Este tipo de experiencias suma mucho a la formación de las nuevas generaciones. Les da empoderamiento, conocimiento y experiencia, y les permite explorar su talento y su potencial desde ahora, mientras están en formación profesional. Son actividades exigentes, pero al final dejan una gran experiencia. La invitación es a animarse y participar, porque es así como se descubre todo el potencial que se tiene", comparte Miguel. 

Participar en competencias como Baja SAE permite a los estudiantes vivir, desde la universidad, experiencias que los preparan para tomar decisiones, trabajar en equipo y asumir responsabilidades reales, más allá de lo que ocurre en el aula. Para Storms RT, este proyecto marcó un antes y un después en su formación y en su manera de entender su carrera.

Después de esta experiencia, el equipo ya trabaja en la siguiente edición de Baja SAE, con el objetivo de seguir aprendiendo y fortaleciendo lo construido hasta ahora. REXI queda como un primer paso tangible de ese camino y como reflejo del compromiso, la disciplina y el talento que distingue a Storms RT.