El éxito no siempre se mide por los logros alcanzados, sino por cómo se enfrenta cada reto en el camino. Alejandro Totoquihuatzin Ramírez Rappa, EXATECMI de Comercio Internacional, lo sabe bien. Con apenas 26 años, este joven chihuahuense ha consolidado varios proyectos que no solo impulsan la economía local, sino que también promueven el bienestar social y ambiental. Su más reciente logro, el Premio Municipal a la Juventud Agustín Melgar, reconoce su incansable labor como emprendedor en la categoría de Actividades Productivas.
Desde su adolescencia, Alejandro encontró en el emprendimiento la oportunidad de mejorar su entorno. Uno de sus primeros proyectos, Jee!®, surgió de una necesidad personal cuando padecía acné severo. "Ningún producto comercial me funcionaba, así que decidí crear mi propio jabón con plantas del desierto chihuahuense", relata Alejandro. Lo que comenzó como una solución personal, se transformó en un negocio que ha cambiado la vida de muchas personas a lo largo de 15 años.
Hoy, Jee!® no solo ofrece productos naturales de higiene personal, sino que ha construido una red de más de 30 distribuidoras en México y Estados Unidos, brindando oportunidades a mujeres amas de casa para generar ingresos adicionales.
Alejandro no se ha detenido en un solo proyecto. Durante la pandemia de 2020, lanzó la crema de cacahuate Cósimo®, un producto que ha tenido gran éxito en Chihuahua y que actualmente se comercializa en más de 10 puntos de venta. Además, su última creación, La Cabañita Crepería, ya cuenta con dos sucursales que generan empleo para personas con discapacidad, demostrando su compromiso con la inclusión.
Para Alejandro, el éxito no es solo económico, sino que también se mide en el impacto social y ambiental de sus proyectos. "Mis negocios se fundamentan en tres pilares: la perspectiva de género, el cuidado del medio ambiente y la psicología positiva", explica. Este enfoque ha sido clave para promover el bienestar tanto de las personas que colaboran en sus empresas como de su comunidad en general.
En Jee!®, Alejandro se ha enfocado en trabajar con mujeres en situaciones vulnerables, mientras que La Cabañita Crepería es un ejemplo de inclusión laboral. "Damos empleo a personas con discapacidad, contribuyendo así a una sociedad más equitativa".
A lo largo de su carrera, Alejandro ha enfrentado varios retos. Uno de los más grandes ha sido la dificultad para distribuir y enviar productos en América Latina, lo que afecta a muchos pequeños negocios. A pesar de esto, ha aprendido a adaptarse y superar cada obstáculo con perseverancia. "La vida no siempre sigue un camino recto, pero siempre avanza", comenta. Esta forma de pensar lo ha impulsado a seguir innovando y buscando nuevas maneras de sorprender a sus clientes.
Alejandro es consciente de la importancia de motivar tanto a otros(as) jóvenes como a la comunidad de egresados de Tecmilenio a seguir sus pasos. "Les recomendaría que centren sus proyectos en los principios de la economía solidaria", señala. Para él, el emprendimiento no solo debe enfocarse en el crecimiento económico, sino también en fortalecer los lazos comunitarios y promover el desarrollo sostenible.
Alejandro también tiene un mensaje claro para sus colegas EXATECMI: "Este premio no solo es un reconocimiento a los logros alcanzados, sino también un recordatorio de que siempre debemos aspirar a más. Como dijo John D. Rockefeller: 'No tengas miedo de renunciar a lo bueno para ir por lo grandioso'". Su trayectoria es un ejemplo de innovación constante y esfuerzo continuo, que invita a la comunidad Tecmilenio a seguir transformando sus entornos con pasión y dedicación.