Ciencias de la felicidad Blog

Convierte tus sueños en metas

Definir claramente lo que quieres es el primer paso para el éxito.

 

Es probable que en los días recientes hayas escuchado que para lograr algo es importante tener propósitos, metas. Cada quien propone una manera de vivir mejor, pero muchas veces las sugerencias son contradictorias, pues no todos aspiramos a lo mismo. Lo importante es que el propósito, la meta que quieres alcanzar, sea auténticamente tuya. Todo logro comienza con un deseo. Cuando surge esta inspiración o sueño, es importante acogerlo en silencio, con atención, apertura y curiosidad. Conviene aprender a escuchar la voz interior, atender lo que tu propia vida pide para este año y aprender a establecer metas, que es la manera de convertir la inaprensible ilusión en una concreta realidad.

Puedes preguntarte:

¿Qué quiero cambiar?

¿Qué necesito cambiar?

¿Qué quisiera mejorar?

¿En qué área de mi vida necesito poner mayor atención?

¿Hacia dónde quiero que mi vida vaya en el largo plazo?

 

A mayor claridad, mejores resultados

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Las metas no son deseos que se logran mágicamente o con una pócima. Requieren de nuestra atención y nuestro trabajo. El primer esfuerzo consiste en saber exactamente qué se quiere lograr, para lo que conviene escribirla usando estos criterios:

·        Específica. Escribe con detalle y claridad lo que quieres alcanzar. Si quieres estudiar, especifica qué; si quieres mejorar tu salud, explica cómo; si quieres conseguir un mejor trabajo, escribe con detalle las condiciones favorables que deseas obtener.

·        Medible. Una vez que has escrito tu meta de manera clara y específica, piensa en cómo puedes darte cuenta si te estás acercando o ya la alcanzaste. Ese indicador te permitirá medir tus avances. Por ejemplo, si quieres reducir de peso, establece con ayuda de un médico o nutriólogo cuántos kilos te conviene bajar; si tienes como propósito aumentar tu actividad física, escribe cuántas veces a la semana te ejercitarás y por cuántos minutos; si tienes la inquietud de estudiar, además de establecer qué te interesa piensa en el grado que deseas obtener y emplea las calificaciones como indicadores de tu avance.

·        Alcanzable. Muchas veces saboteamos nuestro bienestar poniéndonos metas que no podemos alcanzar. Por ejemplo, me gusta nadar y sería posible que en un momento dado, con entrenamiento, compitiera en una carrera de fondo, de 1,500 m dentro de una alberca. Es una meta alcanzable. Lo que no es alcanzable ahorita es que me proponga cruzar a nado el Canal de la Mancha. Si una meta no es alcanzable, no funciona porque en lugar de animarnos se convierte en una frustración.

·        Realista. Este criterio nos ayuda a evaluar si nuestras capacidades actuales, los recursos que tenemos, la situación en la que vivimos, el contexto familiar o laboral son compatibles con la meta.

·        Oportuna. La pregunta que debo hacerme es: ¿es este el momento apropiado para dedicarme a esta meta? Todo tiene su tiempo y su momento.

 

Las metas marcan el rumbo

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Una meta clara funciona como una brújula y te ayuda a no desviarte del camino, a pesar de las tentaciones o el cansancio. Al ser medible, podrás ir comprobando tu avance y esto te dará ánimo para continuar.

¿Qué crees que te puede ayudara lograr tu meta? ¿Qué obstáculos crees que puedas encontrar? Anticipa cómo vencer las barreras, pensando en soluciones o alternativas que podrían ayudarte a perseverar.

 

 

 

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Publicado: 2017-12-28 17:08:39
Autor: Universidad Tecmilenio